Juan Ramírez de Lucas, el último amor de García Lorca

Ramirez de Lucas y sus recuerdos.
A LITERATURA /SOCIEDAD

¡ Concha Moreno
Juan Ramírez de Lucas, el último amor de Federico García Lorca, murió en 2010 dejando un legado de enorme interés a una de sus hermanas con el mandato de que se diera a conocer a su muerte. Contenía unos cuadernos en los que el propio Ramírez de Lucas cuenta sus recuerdos de aquel tiempo junto a varios escritos y dibujos que le había remitido el poeta en sus últimos meses de vida. Semanas después de recibir aquello y ante la noticia de la muerte de Lorca, Juan Ramírez de Lucas –escritor, periodista y crítico– lo guardó todo, hasta que el libro ‘Los amores oscuros’, de Manuel F. Reina, lo ha sacado a la luz.
     Tras  la fatídica muerte de Lorca, han sido varios los historiadores que han intentado desentrañar las razones que llevaron al poeta a quedarse en Granada al comienzo de la Guerra Civil española.  Sus amigos le aconsejaron hasta la saciedad que se marchar de España. 
Lorca esperaba noticias en Granada...
Libro de M. F. Reina.
     Incluso, los embajadores de países como México, Colombia y Argentina le ofrecieron garantías para salir, y también la nacionalidad, si hubiera sido necesario. Margarita Xirgú, su gran amiga, lo intentó todo para arrancarlo de las garras de quienes deseaban verlo muerto ¿Por qué, entonces, tomó el camino de Granada?
   Lo cuenta Juan Ramírez de Lucas en este libro –a través de sus autor–, que relata la  historia de una época en la que se gestó una dictadura en la que España estuvo inmersa 40 años. Y desvela los motivos del autor de ‘Yerma’ para no abandonar el país: quería esperarle a él, porque Juan era su amor de entonces, es decir, su último amor.
     Juan se duele de haber sido, quizás, la razón de la muerte de Lorca pero, a la vez, le reconforta haber sido “su último amor”.
     Un amor que ya intuía antes de conocerle, cuando siendo  un muchacho de 17 años subió al tren que le llevaría a Madrid, ciudad donde García Lorca brillaba por sus éxitos literarios. Su fama había traspasado, incluso, nuestras fronteras. Ambos convivieron con personajes como Rafal de León, Juan Ramón Jiménez, Alberti, Aleixandre, Miguel Hernández,  y un largo etcétera.

La mirada de Juan Ramirez de Lucas siempre estuvo en el pasado.
     En las páginas del libro ‘Los amores oscuros’, Manuel Francisco Reina  pone en boca de Juan una historia que bien podría haber escrito él mismo, mostrando sin pudor sus sentimientos, pues ofrece un relato que, a quienes les conocimos, nos trae a la memoria a un Juan emotivo, sincero, entrañable, amigo de sus amigos, y siempre dispuesto a echar un cable a quien lo necesitara.

     Ramírez de Lucas nació en Albacete en la primavera de 1917, una época marcada por la Revolución Rusa y la Primera Guerra  Mundial. Entonces, España se desangraba entre la descomposición de la monarquía y el protectorado del norte de África. Su infancia fue testigo del ‘crac’ del 29 a ritmo de cuplés, tangos, tonadillas y flamenco.
     Terminados sus estudios y sobrellevando su dolor –su gran amor había muerto años atrás–, fue  crítico de arte y arquitectura toda su vida, y un gran coleccionista de arte popular, quién sabe si por haber disfrutado de la gran muestra que Lorca tenía en su casa madrileña.


Los amores entre Federico y Juan salieron a la luz.

     Tenía 19 años cuando perdió al poeta y calló hasta su muerte, ocurrida en julio de 2010.  Dejó su legado –sus memorias, dibujos y cartas de los último meses de la vida del granadino– a una de sus hermanas, con el fin de que se divulgara, para despejar la gran incógnita de por qué no se marchó Lorca de España.

     Pudo ser, sencillamente, porque el poeta esperaba a que el padre de Ramírez de Lucas le concediera a su hijo la autorización para marcharse a México con él, ya que Juan tenía entonces 19 años y era menor de edad para decidir. Mientras esperaban dicho permiso, Lorca rehusó en Santander la invitación de Margarita Xirgú de acompañarla a México y prefirió ir a Granada, a casa de sus padres –donde pensaba que iba a estar seguro– mientras esperaba que el padre de Juan cambiara de idea y le concediera la autorización. Semanas después fue fusilado.
Juan, en la etapa madura.
   


     'Alba', el último recuerdo
    
Los lorquianos  ‘Sonetos del amor oscuro’  no se habrían escrito, seguramente, sin la existencia de Juan. Quizás, este poema fue lo último que recitó Lorca antes de su muerte:
Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias…
(‘Alba’, escrito en Granada en abril de 1919)